24.6.10

Procesos de Producción

Los procesos de producción puede ser variados y diferentes, ya que están íntimamente ligados a la metodología de trabajo que tenga el productor, teniendo en cuenta que todo proceso de producción responde también a cierta estructura que la rige, que puede ser generada desde el creador, a la que se somete, o bien que reproduzca un sistema preexistente el que adopta como metodología organizacional, o bien se lo apropia modificando algunos elementos para su conveniencia. No hay que olvidar tampoco que los procesos de producción tienen que ver la disciplina con la que se intenta generar diálogo.
Ahora bien, en esta ocasión nos centraremos en procesos de producción de una obra, netamente desde el quehacer artístico.

Podríamos detectar a grandes rasgos dos modelos que atañen a los procesos de producción, en los que encontramos; la construcción del proceso creativo, en el sentido previo a la corporalidad física de una obra y, la posterior a ésta, que tendría que ver con la producción misma de la obra en cuanto a manufactura. Es decir que, dentro de los procesos de producción se encuentra interiormente un proceso de creación para la posterior producción. En la primera fase estarían los aspectos de tipo conceptual y el segundo tendría que ver con los aspectos técnicos de tipo formal. De esta forma, existe un trabajo de problemáticas, conceptos e ideas a priori de la construcción física en sí, en donde incluso los aspectos técnicos de la misma, junto a las disciplina desde la que se trabajará formalmente, se van dilucidando en la medida que se avanza con este proceso, lo que surgirá de forma casi natural en respuesta a las necesidades conceptuales.
Pero, tampoco podemos ser tan estrictos, porque ese es un sistema de construcción de obra, distinguimos otro pero que funciona de manera contraria al anterior, es decir, su primer paso es ir al encuentro con la materialidad, sin importar las problemáticas conceptuales, sino que su proceso de producción resulta ser más pragmático en el sentido de ir directamente a lo técnico, la cosa plástica.
Por otro lado podemos detectar incluso y alejado de estas dos modos contrarios, otro que tiene relación con el carácter mismo que tiene el proceso en sí, es decir, el proceso de construcción de una obra se vuelve tan relevante como el producto mismo de éste, en donde es considerado el proceso como obra (la obra de arte como proceso). Trabajo de ciertos artistas enfocados a las experiencias en conjuntos sociales, con un carácter investigativo de cierta forma en los procesos de intercambio respecto la función del artista, su relación con el contexto y contextos específicos, produciendo cierta tensión entre los artistas y los habitantes del lugar.

Debido al último punto mencionado, es como nos acercamos al proceso de la desmaterialización del arte, en los que existe un abandono de los medios de producción tradicionales, en favor y dando paso al mundo de las ideas y conceptualizaciones.
El problema está en cómo vamos analizando estos modos de producción, en la medida que los mismos van cambiando, en el sentido que se nos agotan las posibilidades en cuanto a su producción en el sentido plástico, pero de esta misma forma se nos amplia el proceso de la creación en cuanto a los juegos teóricos que plantea y las problemáticas que aborda.


De esta forma encontramos a artistas en las que su problemática ya no tiene que ver con qué hacer, sino más bien qué se puede hacer con lo que hay. Considerando su contexto social, cultural…y también la historia del arte misma. Es decir, trabajan con lo dado, apropiándoselos, considerándose esto un hecho de post producción, en el sentido que ya no tratan de fabricar un objeto, sino que de forma contraria rescatan uno (preexistente) y lo modifican, para volver a hacerlos hablar pero desde su perspectiva y según sus intereses, en una especie de re-instalación.

De esta forma una obra de arte no se consideraría como resultado de un proceso de producción, en el sentido físico de construcción de una obra, si no que se consideraría como un contenedor de ideas, cruces y relaciones, en cuanto se produce este ejercicio de desplazamiento de una obra.

Si viajamos por la historia del arte, encontraremos como exponente en este caso a Marcel Duchamp, el que traslada la problemática del proceso creativo, enfatizándose no en la habilidad manual del artista para producir obra, sino, en el ojo del artista, que es capaz de encontrar en la cotidianeidad, objetos, los que descontextualiza para situarlos en el campo del arte, como obra, es así como su discurso se transforma, otorgándoles nuevos sentidos, significados, es así como su noción de producción estaría dada en seleccionar un objeto “x” y darle una nueva idea.

Luego de analizar los procesos de producción desde un sentido más práctico, ahora los veremos desde un punto de vista más teórico.
Según Peirce la producción de la obra empieza por una abducción, en donde se plantean problemas, se perciben cualidades de sentimientos, los que se intentan capturar, pensar y traducir, luego viene la deducción donde el artista comienza a darle forma a las cualidades anteriores, haciendo el desplazamiento hacia formas, objetos, esta proyección puede verse reflejada en bocetos, maquetas…este ejercicio permite esclarecer y precisar sus intenciones, las que son difusas en un comienzo. Para finalmente pasar a la inducción en donde el artista hará juicio sobre su obra, donde pondrá a prueba su valor, pero no en cuanto a una realidad externa, puesto que la obra es autorreferencial, sino y por ello en relación con ella misma.
El filósofo rescata tres categorías para dar cuenta la experiencia humana, las que son complementarias a lo anterior, y por lo mismo son aplicables a los procesos de producción, estas son; la primeridad que tiene que ver con la vida emocional, es decir con las posibilidades que tenemos en desde ese plano, las que transforma en segundidad que se refiere a la vida práctica, en este caso lo real, lo concreto, lo que tenemos, mediante la terceridad, la vida intelectual, cultural, social, es decir, el simbolismo. Es decir, que una obra de arte hace pasar la primeridad (una cualidad de sentimiento) a la terceridad (un signo). Sin dejar de mencionar que todas estas actividades y/o procesos nunca dejan de ser intervenidas por el elemento azaroso.

Para terminar sólo podríamos rescatar lo amplio, variado y desmenuzable que se nos vuelve la problemática de los procesos de producción y los mismos procesos intrínsecos de una obra, que van desde los intereses del artista, sus metodologías de trabajo o la ausencia de las mismas, la disciplina desde la que habla, o de forma contraria desde las ideas que tiene, sus sentimientos etc. Cada uno va encontrando sus propios caminos según lo que más se le acomoda, en la medida que va encontrándose y experienciando los procesos de producción de una obra.

Rescate Vernacular


Si bien lo vernacular se refiere especialmente al idioma, o lengua; “Doméstico, nativo, de nuestra casa o país”. Tampoco se restringe a generar ciertos trasladamos referidos a otros lenguajes, los que a su vez se transforman en nuestro idioma; nuestro lenguaje visual por ejemplo, los que indudablemente van desvelando ciertas características de una localidad, desde allí lo vernáculo, que nos lleva a lo propio, especifico de un lugar.
Pensar en lo vernacular nos lleva también a encontrarnos con ciertas prácticas, personajes, lugares…todo aquello que construye nuestro imaginario de ciudad. En un recorrido por Concepción lo que a primera luz resalta, es sin duda su carácter más popular, con esto nos referimos a cierta característica un tanto kitsch, la que abarca desde, espacios; junto a la gráfica, como incluso con ciertos personajes. En relación a la gráfica encontramos por ejemplo los graffitis, la pintura mural, stencil y pegatinas dispuestas desde las micros hasta las calles, otro punto importante son los diseños a mano de distintos letreros, tanto de negocios -y sus respectiva publicidad- como también y por sobre todo de salones de belleza, los que aún mantienen esa estética de tipografía a mano, los que indican el nombre del centro junto a retratos delineados a contraluz, los que son pintados tanto sobre las ventanas como también sobre madera. Aunque también ya son comunes los locales escritos con tubos de luz con una suerte de caligrafía. Debido a esto mismo no podemos dejar de lado como la Galería Caracol, se ha transformado en una convención de peluquerías, las que compiten constantemente por ganarse como clientes a los transeúntes. Sin perder nuestro rumbo dentro de la gráfica, no podemos olvidar los puestos de comida de los mercados-centros de convención popular- en los que encontramos esta misma característica, por ejemplo el nombre de la pescadería junto a un pez o diseños marinos.
Otro punto que podemos rescatar son las micros de la ciudad, en las que se encuentran todo tipo de accesorios decorativos por parte del chofer, el que se encarga de “enchular su máquina”, el que agrega desde fotografías, stickers, osos de peluches, hasta zapatos de sus hijos, sin olvidar que nombran a sus “máquinas” con los nombres de los mismos, escritos o con calcomanías.

Por otra parte, fuera de lo bidimensional en la ciudad se encuentra otro punto importante parte de lo vernáculo; los personajes, en los que podemos mencionar, a “Pikachu”, hombre ciego disfrazado de este dibujo animado, que baila al son de canciones que pone en una radio cassetterera, y que en época navideña cambia su disfraz por el de viejo pascuero. También encontramos a los mimos, dos en particular, uno que se ubica siempre en Los Carrera el que junto a un caballo distrae a los conductores en el semáforo, mientras también aparecen los insistentes limpiaparabrisas, y el segundo; el que se ubica mayormente entre Aníbal Pinto y Barros Arana, punto céntrico de la ciudad, el que reúne mucho público, el que se esfuerza por burlarse del transeúnte y por molestar a los autos que pasan, sacando varias risas y monedas. Los que quieren sin duda sacar monedas a cambio de nada son los Punkis ubicados en el Frontis de la Casa del Arte, los que terminan haciendo sus necesidades en la escuela de arte, causando alboroto en algunas ocasiones.
En un plano más íntimo, encontramos a un personaje misterioso en la ciudad, es un hombre que vive en las afueras de una galería en la calle Tucapel, en una casa construida de desechos que ha encontrado en la calle, la mayor parte es nylon y cordeles, pitas y tubos de PVC. Este hombre la mayor parte del día se encuentra dentro de su vivienda, aunque sale a las horas de almuerzo ya que una señora del sector le provee de comida, aun así es de carácter fuerte, domina ese sector el que se ha ido ganando como consecuencia de su persistencia en ese lugar durante años. Por último y quizás de forma más cruda para entrar en esta clasificación, mencionaremos al Predicador de la Plaza de Armas, en que apasionado e insistentemente nos adentra en “la palabra del señor”.
Ahora bien podemos trasladarnos a cierta situación en donde más que considerarlos como personajes, son parte del paisaje penquista, con esto nos acercamos a los oficios urbanos, en el que cabe destacar a los Chichineros, los que alegran a la ciudad con sus ritmos y bailes, aunque cabe precisar que con el pasar del tiempo estos se han ido disolviendo, es más, antiguamente, recuerdo como pasaban por las poblaciones llevando sus canciones y sus remolinos en un afán de divertir a los niños del sector. Dentro de esta clasificación también encontramos al hombre del “Kino”, persona discapacitada visual, ubicado en el paseo peatonal Barros Arana, el que repite constantemente; “el Kino, se acumulo, acumuló”. Como este hombre también existe la mujer del Kino, señora muy emperifollada la que con voz siútica nos invita a comprar. Por el mismo Barros Arana como también en la diagonal Aguirre Cerda, se encuentran una gran variedad de artesanos, los que fabrican desde accesorios femeninos, cinturones, morrales como también figuras de madera.
En la Plaza Indepencia y sus alrededores podemos encontrar variados oficios que contribuyen con nuestro paisaje vernacular, como por ejemplo los hombres que se ubican alrededor de la plaza junto a sus caballos falsos, para fotografiar a los niños, estos han estado durante más de 20 años en ese lugar y casi todo penquista tiene una foto familiar junto al caballo. Cerca de ellos se encuentran los lustrabotas, que como los anteriores han estado durante años lustrando zapatos y se han ganado la confianza de sus clientes. Por este mismo recorrido a las afueras de la Aula Magna de la Universidad Católica, encontramos a una señora que se dedica a tejer a palillo y a crochet, con lanas de distintos colores, confeccionando cintillos, flores y otros monitos. Para terminar, encontramos en el Paseo Peatonal Barros Arana al pintor de cuadros al óleo, el que esta diariamente pintando al aire libre.


Más que cierto rescate de la gráfica y de ciertos personajes, nos acercaremos a las prácticas las que tienen una directa relación con ciertos espacios. De esta manera, abordando la ciudad desde su centro, es decir su noción de cuidad universitaria, y como esta por ejemplo se organiza al ritmo estudiantil, como el fluir de los estudiantes les da energías a la ciudad y como estas mismas se disuelven en las épocas de verano, como su ausencia silencia, vacía y aletarga la ciudad cuando hace más calor, la que se apaga hasta inicios de marzo. Junto y cómo consecuencia que trae esta actividad característica de la ciudad, podemos ver como algunos espacios son apropiados con la vida universitaria, entregándoles vida. Por ejemplo podríamos mencionar las repletadas de la Plaza Perú los viernes por la tarde-noche, lugar de reunión, punto de encuentro, a su vez encontramos los pubs, es decir, como los locales nacen y renacen junto a los estudiantes, los que se preparan para recibir el año académico según las necedades juveniles, desde locales, tiendas, fotocopiadoras, negocios, panaderías, lugar de colaciones etc. Los que tienen un notable ingreso durante el año académico, donde existe cierta especie de retroalimentación, las que sin duda colabora con la ciudad. Un lugar que cabe mencionar es el local “Kamadi”, que es como el “paraíso del copete”, además de punto de encuentro debido a su cercanía a la casa de estudios de la UDEC.
La presencia de los universitarios es importante en el plano de Concepción pero tampoco podemos dejar de lado los llamados pingüinos, los que se apropian de lugares como punto de encuentros céntricos luego de clase como lo es la llamada “parada de los tontos”, ubicado en el paseo peatonal, como también de calles como Exeter, o el pasaje Cervantes. A su ves los pingüinos y los universitarios generan las grandes masas en las afueras del Teatro de la Universidad de Concepción debido a la gran cantidad de licenciaturas que se programan a fines de año.
Volviendo un punto más atrás, si hablamos de punto de encuentro en general necesitamos mencionar el “Hush Puppies” que es a la salida de esa tienda, que queda en la esquina de Barros con Aníbal Pinto, también el “Portal” que en el frontis de Falabella, y por último el Boulevard Gascón.

Lo interesante de todo lo anterior, está en cómo re-descubrimos lo que conforma nuestro paisaje vernacular, los que sin duda es parte de nuestra memoria penquista, como también parte de nosotros mismos, pero que a veces se vuelve oculto a vista de los mismos ya que de cierta manera se acostumbran y los dejan de ver. Pero que sin duda reparamos en ese escenario, nos daremos cuenta como se desarrolla y transforma lo que conforma nuestro rescate vernacular, lo que termina siendo también de gran interés para los foráneos.

12.6.10

"Intervención" en zona penquista



“NO PISAR”.
Ohiggins con Lautaro llegando a San Martín.


En la vereda, a menos de media cuadra para encontrarnos con el hospital Regional de Concepción, se encuentra en el suelo, una caja de cartón desdoblada, la que tiene escrito, no pisar, repetidas veces, exactamente cuatro, dos por lado. Lo más extraño es el lugar donde está emplazada, puesto que calza justo sobre una tapa de alcantarillado de forma cuadrada, por lo que se podría pensar que es una especie de advertencia para no pisarla, ya que quizás se podría correr cierto riesgo. Ahora viene lo mas extraño, porque si mal no recuerdo, esta caja lleva bastante tiempo en ese lugar, diría incluso más de medio semestre, suponiendo que sea la misma caja desde la última vez que la ví.

Lo interesante, está en qué, podemos deducir e incluso ficcionar múltiples razones de; ¿por qué está esa caja allí?, como también, ¿cuánto tiempo lleva ahí? si es que llegó a ese lugar de casualidad o fue intencional, y si fue así ¿quién la puso y por qué razón?
A mi parecer se convertiría en una especie de intervención con autoría fantasmal, porque lleva mucho tiempo allí y no tenemos información de cómo llegó o quién la dejó allí y para qué.
Que hay si es que alguien pretendía una broma, que consistiera en poner esta seudo advertencia, para que la gente no pisara esa zona, pero por otro lado también existe la opción de que hubiese llegado de casualidad a ese lugar sin ninguna intención, sin darle más vuelta y resultara que sólo fue una simple caja contenedora de algún elemento frágil, y de allí el escrito de “no pisar”, pero que después de un tiempo fue a dar a la calle y un auto podría haberla aplastado y ésta se pudo haber abierto, para finalmente terminar dando sobre la vereda, la que a medida del pasar del tiempo, el viento y el caminar de la gente se fue desplazando hasta ubicarse sobre la tapa de la alcantarilla, de la cual aún no se mueve ni nadie la retira porque piensan que esa zona, de cierta forma señalada por la caja rotulada, es riesgosa. Aún así si esto fuera o no cierto, podría continuar fantaseando y construyendo ficciones acerca de la existencia de una caja abierta sobre el suelo. Asimismo mucha gente como también de seguro otras no, le han dado importancia, o se han cuestionado acerca de su presencia.
Lo extraño de la caja es que no posee ninguna marca empresarial, más que las huellas del tiempo y de algunas pisadas valientes o incrédulas que han hecho caso omiso al supuesto mensaje de advertencia.
De seguro es alerta lo que genera en la gente, a pesar que esta calle no es muy transitada, de hecho, las veces que la he recorrido no recuerdo haberme cruzado con nadie, es una calle bastante sola.
De todos modos entre los que la han transitado y notado su presencia frente a esta situación, de seguro, debió haber algunos que prefirieron no arriesgarse y no pisar la “zona”.

En mi caso y para saber si en realidad sucedía algo, la pisé un poco -pero con un solo pie- ya que su presencia de advertencia no me dejaba indiferente. Aunque lo más probable es que cuando pase de nuevo, levante el trozo de cartón- que dibuja una cara de robot en sus dos pestañas- para ver con que me encuentro, si es que realmente hay algo, o si bien no fue mas que nuestra ficción.
Como anécdota, cuando llegué a casa y revisé las fotos pude darme cuenta que aún más mi pie o más bien mi zapatilla aparecía en la foto, en una especie de ironía para con el aviso, hecho del que no me había enterado al tomar la fotografía.

Finalmente por todo lo anterior, es que consideré esta fotografía junto a este espacio de intervención- ya que realmente creí digno de llamarse así- ya que no solo interviene el espacio sino nuestro raciocinio, incluso el que podría transformarse de a poco en una especie de mito, mito urbano.


(Si bien no se consideró una intervención callejera de tomo y lomo, este es mi modo de ver y observar mi entorno, asi voy como flaneur por las calles penquistas.)

6.6.10

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Concepción Agosto 2009

Yo como Otro




La idea principal que sustenta la creación del video, es el concepto de identidad enfatizando el tema de la mirada, donde la cámara juega un papel importante convirtiéndose en una suerte de espejo, el que reflejará al otro, desde una metáfora del verse, entrando en territorio de la identidad tanto individual y colectiva con la noción de “yo como otro” desde las concepciones de Arthur Rimbaud “yo es otro” como también de Octavio Paz “la otredad”, la que consiste en la necesidad de ser identificado por el otro, para reconocernos a nosotros mismos. La otredad nace en relación a la conciencia de individualidad, produciéndose un autorreconocimiento. Ésta conciencia de ser ella misma y distinta a las demás está en relación con el otro, a su vez que también presenta rasgos propios de una colectividad que la caracterizan frente a la sociedad. Es por esto que es a nivel individual donde está en juego la determinación de la construcción del yo.
Al interior de la sociedad actual y a causa del sistema neoliberal y su ideología materialista, el ser sufre cierta fragmentación de su identidad, ramificándose en un yo individual (mundo interior, sujeto) y colectivo (mundo exterior, objeto).
De esta forma nos acercamos a las nociones de descartes el que hace alusión a dos mundos, el mundo de los cuerpos y estados físicos (exterior) y el mundo de los estados mentales (interior). Relacionándolo con un extracto del poema 1 “Físico” de Goethe


Natura no tiene cáscara,
Natura no tiene hueso,
Todo es ella al mismo tiempo.
A ti mismo examínate primero:
¿tú que eres? ¿Eres cáscara o hueso?


Así es como desde una performance, la cámara ira devolviendo la mirada desde el doble registro, una especie de retroalimentación en una devuelta de imagen, en un ir y venir, interactuando constantemente el perfomer y el transeúnte y viceversa. De modo similar como lo hace Sorin donde comienza a incorporar la imagen de los espectadores a sus acciones, transformándolos en performers inadvertidos, transformándolo desde observador en observador-observado, haciéndolo conciente del acto de mirar, sumiendo al espectador en paisajes psíquicos y estéticos, que a la vez penetran los estratos más profundos de la conciencia personal y de la conciencia colectiva.


1 FÍSICO J.W. Goethe 47 poemas Grijalbo Mondadori, S.A., Madrid, 1998.Pág. 47.



Cámara Objetiva Jose Agurto
Cámara Subjetiva Adriana Ravanal.
Concepción Junio 2009.

Bumble Bee



STOP MOTION BUMBLE -BEE
Abril 2009 Concepción